Quizás ellos no lo saben pero los Quintana, Fernández y Alonso tienen su origen en la maragatería que se instaló en la Coruña y tuvo su auge a mediados del siglo XIX. Ángel Padín Panizo rescata su tesis doctoral para publicar Los arrieros maragatos y la comunicación , con ilustraciones de Rosa Pereda, patrocinada por su asociación Pablo Ruíz Picasso, para contar su historia. La de los leoneses de ese trozo de tierra muy cerca de Astorga que cogieron sus mulas y se convirtieron en auténticos comunicadores sin saberlo.
Porque al transportar mercancías de A Coruña a Madrid, los maragatos llevaron también los últimos acontecimientos que tenían lugar desde las orillas del Atlántico a la capital. Cuenta el experto que al no existir ferrocarril, ellos fueron verdaderos mensajeros atravesando la meseta.
Además, A Coruña tuvo una especial importancia en su recorrido porque estas gentes tenían mucho aprecio por productos del mar como las sardinas y los arenques que se podían conservar fácilmente, por lo que fijaron la ciudad como centro de operaciones e incluso fueron portadores de dinero del Banco de España que se transfería a Madrid, tal y como cuenta el autor de la obra. Padín decía que a cambio, los maragatos venían cargados de trigo de unas tierras que se caracterizaban por ser poco fértiles. De ahí que los maragatos se buscaran el pan de otra forma. Lejos de su origen.
El periodista presentaba el trabajo de investigación en la Universidad después de adentrarse en el fenómeno y darse cuenta de que ellos fueron también una especie de reporteros a pie de la noticia.